Historia de las resinas sintéticas

El inicio de la historia del desarrollo de resinas sintéticas puede situarse a finales del siglo XVIII. Hacia 1786 se tienen los primeros avances en la formulación del estireno, material que tras la obtención del poliestireno, dio paso a lo que más tarde se conocería como las resinas de poliéster.

Años más tarde, el siglo XIX trajo consigo dos principales antecedentes. Primero, en 1839, las empresas Goodyear y Hancock llevaron a cabo en paralelo la vulcanización del caucho. Este hito supone el inicio del interés comercial por las resinas termoestables.

Por su parte, durante la segunda mitad del siglo XIX  la obtención del que es considerado el primer plástico del mundo. Se trata pues del celuloide, descubierto en 1856 por el inglés Alexander Parks y que años más tarde revolucionará la industria cinematográfica.

Hasta este punto no existía aún una industria del plástico, y, por extensión, de las resinas sintéticas. Esta comienza a desarrollarse como tal con la invención de la baquelita en 1909. A este material con propiedades aislantes y resistencia al calor moderado, se le conoce a la vez como el primer plástico completamente sintético y el primer plástico termoestable del mundo.

Los años 20s, 30s y 40s, estuvieron marcados por la aparición de los primeros termoplásticos alquídicos (1926) y las resinas aminas (1928). A su vez, se descubrieron nuevos polímeros como el poliuretano (1937), el poliestireno (1938), los poliésteres insaturados (1942), entre otros. Asimismo, en esta época, otros polímeros comenzaron a producirse comercialmente. Es el caso del polietileno (1939), las resinas epóxicas (1943) y los policarbonatos (1956).